A veces pienso.... que a la euforia la precede una embriaguez tenue y grisácea... que pretende advertirte de algo que no quieres ver. La impertinencia de pensar... que puedes confiar en alguien. Quizá... una ilusión nacida de las entrañas de la esperanza... de creer que existe un espacio para vosotros, que realmente la puerta blindada es inquebrantable. Pero todo acero nace con grietas, toda madera arde, todo oro es maleable, y tu mente... puede ser manipulada. A veces, te fundes como el mercurio y permites que te rasguen, para poder colar a través de ti las mentiras, el rencor, resentimiento. No tan a menudo, eres capaz de hacerte el ciego. Nunca, eres capaz de culpar. Tus cenizas, hablarán por ti. La sangre derramada, no será suficiente y, siempre, siempre, el ser injusto, cruel, egoísta, reinará sobre ti, porque tu generosidad y tu inocencia, no se verán, nunca, recompensados.